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Descubre los errores más comunes en la cría de hormigas y aprende consejos prácticos para evitar problemas y garantizar el éxito de tu colonia
He decidido dedicar una sección completa a este tema, ya que considero fundamental abordar los primeros pasos en este fascinante mundo. Esta información puede ser de gran utilidad tanto para quienes están comenzando como para aquellos con algo de experiencia, ya que a menudo cometemos errores por desconocimiento o falta de práctica.
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Primeros pasos con una colonia en tubo de ensayo
Cuando recibas una colonia en un tubo de ensayo, es importante que, antes de mudarlas a un hormiguero, evalúes el espacio disponible. A las hormigas, por lo general, les gustan los espacios reducidos, ya que les brindan seguridad. Si el hormiguero es demasiado grande, las hormigas pueden sentirse estresadas. Lo ideal es que el crecimiento del espacio sea gradual, acompañando el desarrollo de la colonia.
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Consideraciones sobre la humedad y la temperatura
Es crucial respetar las condiciones que cada especie requiere, ya que no todas necesitan humedad en el hormiguero, siemplemente con acceso a agua en el forrajeo ya es suficiente, o no pueden tolerar ciertas temperaturas dentro del hormiguero. Por esta razón, siempre es fundamental investigar las necesidades específicas de tu especie para evitar errores.
Lo más recomendable, siempre, es ofrecer a tus hormigas un gradiente de humedad y temperatura. Esto les permitirá elegir el área donde se sientan más cómodas y seguras, facilitando su adaptación y bienestar en el hormiguero.
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La importancia de una mudanza controlada
Si decides trasladar a tu colonia, es recomendable que sean ellas mismas las que realicen el cambio de lugar. Para facilitar este proceso, conecta el tubo de ensayo o el hormiguero actual con el nuevo espacio que deseas que ocupen. Aunque algunas especies pueden tardar un tiempo en decidirse, eventualmente lo harán. En la naturaleza, este tipo de traslados son riesgosos, ya que pueden exponer a la reina a peligros. Por ello, las hormigas toman sus propias precauciones, y es importante respetar su ritmo y comportamiento natural.
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La importancia de la limpieza en el hormiguero
La limpieza es un aspecto fundamental en el mantenimiento de un hormiguero. Al alimentar a las hormigas con líquidos azucarados o insectos, suelen quedar restos en las zonas de forrajeo. Es crucial limpiar estas áreas regularmente, ya que los residuos pueden propiciar la aparición de hongos y enfermedades que pueden poner en riesgo la salud de la colonia.
Del mismo modo, es importante mantener controladas las zonas de desechos. Estas también deben vaciarse con frecuencia, ya que la acumulación de desperdicios puede generar problemas similares. Una rutina de limpieza adecuada ayudará a mantener un entorno saludable para tus hormigas.
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No destapar el hormiguero constantemente
Por lo general, la exposición a la luz mientras están en el hormiguero puede causar un gran estrés a las hormigas. Por esta razón, es recomendable cubrir el hormiguero con una tapa roja u otro material opaco que reduzca su exposición a la luz. Para mantener un equilibrio, establece un día fijo, por ejemplo, una vez a la semana o cada dos semanas, para retirar la tapa y observarlas. Esto te permitirá controlar la frecuencia con la que las descubres, evitando hacerlo a menudo y sin control, lo cual podría ser perjudicial para su bienestar.
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Controla la calidad del agua que le pones a tus hormigas
En algunas áreas, el agua puede contener niveles elevados de cloro o minerales pesados, lo que podría resultar perjudicial o incluso letal para las hormigas. Aunque el cloro se evapora en 24 horas, es importante analizar el agua para detectar la presencia de otros metales pesados antes de usarla. Más vale prevenir que lamentar.